viernes, febrero 15

Alberto Laiseca ::: Manual Sadomasoporno


Tengo un amigo, cuya profesión es la ciencia, a quien pienso regalarle un ejemplar de mi Manual Sadomasoporno. Previa una advertencia: "Hermano: si no me mandás al carajo a causa de mi supuestamente degenerada narrativa, creo que lo harás con motivo de mis `dieciséis opiniones sobre la ciencia´". Sin duda me contestará: "Pero Láisek -así me llama-, es imposible que nuestra amistad se termine, después de tantos años, por ninguna razón". "Esperá a leerlo primero", será en tal caso mi comentario final.
Bien. Siempre estuve en contra de las modas, tanto en el erotismo como en lo científico. La mayor parte del libro aparenta ser una narración de un tipo que se las sabe todas, hasta que al final vemos que es una historia de amor. Aquí queda claro lo vulnerable que es uno cuando quiere a otro. Quien se enamora es un inocente. O queda en un estado de inocencia, por lo menos. Es la inversa de El Francotirador, de Weber, donde el personaje hace un pacto diabólico. El enamorado, por el contrario, realiza un pacto luminoso, pero, al igual que en la ópera mencionada, le espera "la garganta de los lobos": el horrible desfiladero. En este mundo se perdona todo menos la felicidad. ¿Qué ácido corrosivo podría compararse a los celos y a la envidia de los convencionales? Ellos, los de la moda, los enemigos de todo lo distinto, los que usarán las balas mágicas del Francotirador para matarte.
Manual Sadomasoporno ::: Alberto Laiseca / Carne Argentina / $30

miércoles, febrero 13

Mil clavados ::: Natalí Tentori

Este libro es el fruto de una búsqueda.
Un fruto de color azul como sólo se ve en las plumas de algunas aves tropicales. Al tacto es ligeramente aterciopelado, superficie que vulgarmente suelo llamarse “piel de ceniza”. Si le realizamos un corte transversal con un cuchillo plano, veremos su carne blanca con numerosos filamentos de color fucsia furioso que se unen en el centro. Una pulpa firme que se deshace en la boca como carne humana cocida durante horas en jugo de arándanos. Es preciso tener cuidado a la hora de morderlo, podría manchar la boca del comensal. Su jugo es torrencial, de un color naranja-rosado, destilación producida por los filamentos que se diseminan en el interior. Estas hebras eran usadas en la Antigua Persa para teñir las alfombras sobre las que se recostaba el harén.
El fruto posee siete semillas entre la pulpa, negras como la tinta con que la imprenta da cuerpo a las palabras. Una advertencia: son peligrosamente fértiles. No se recomiendan germinaciones al estilo del poroto. Quien plantara una, debería procurar quedarse despierto velando el crecimiento. En cualquier instante de descuido los brotes podrían empezar a salir y tomar su casa entera, en un santiamén.
Este fruto huele a los lugares donde fue plantado (tierras extremadamente áridas y desérticas que inhiben su avance estrepitoso). Este fruto que al nacer forma un oasis en algún desierto, se halla ahora en nuevas manos.
El sabor, lectores, es su reino.

Mil clavados / Natalí Tentori ::: Carne Argentina / $20

martes, febrero 12

Bergson ::: La evolución creadora

Henri Bergson
La evolución creadora

¿Qué se hace en una contratapa? Se quiere señalar la inmediata participación en una sensibilidad latente abierta por una corriente de lecto-escritura entre las orillas de lo leído y de lo escrito. Se lee sobre un libro, se escribe sobreél. Lectura y escritura se montan aquí alternativamente. Por gravitación, decantará lo más pesado de ambas, gestos y palabras; por identificación inteligente coincidirán, se detendrán y finalmente por condensación se fijará así una marca: la representación intelectual de una corriente de lecto-escritura. El concepto se hace de un lugar. Bien, ¡pero acá algo hace agua!: siendo la función de la inteligencia ligar lo mismo a lo mismo, y siendo que esta solo da cuenta de lo repetido ¿cómo será ya posible que contratapa, libro y concepto, uno tras otro, no solo vuelvan sobre sí mismos sino que difieran de sí y que junto a lo mismo se haga otra cosa? (Sentido común)¡Por acá pasó algo más! ¡Nada, las pelotas! ¡A por él! (Intuiciones evanescentes)Un torrente de lecto-escritura no se explica por el amontonamiento que deja su paso. Su paso no se explica en sus restos y sedimentos. Infinidad de mediciones y rodeos serán posibles, algunos necesarios, y por audaces bien recibidos. Y de otros solo se sacará provecho: infinidad de conclusiones se extraerán en favor de la promoción turística del autor y sus orillas. Mas, del fluir que las surca y baña, que las provoca, altera y modifica continuamente... ¿? A oídos sordos, palabras... sobran. Pero la acción rompe el círculo.


Henri Bergson ::: La evolución creadora / Cactus / $45