En 1961 Foucault presenta la tesis complementaria para la obtención de su doctorado: la traducción al francés de Antropología en sentido pragmático, de Kant, acompañada de una formidable y extensa introducción. Ese texto es la base de este libro. Una pieza que puede leerse –y de hecho así lo ha sido en general– en relación estrecha con Las palabras y las cosas, publicado pocos años más tarde, en 1966. En ambos hay una reflexión crítica sobre el sueño antropológico, sobre el humanismo moderno, sobre el estatuto de las ciencias humanas.
Hay una línea, muy trabajada, que vincula a Foucault con Nietzsche, a través de Heidegger. Existe también otra genealogía, menos frecuentada pero igualmente productiva, que llega a Kant a través de Heidegger. En Una lectura de Kant, Foucault se apoya decisivamente en la lectura que Heidegger realiza del autor de la Crítica de la razón pura. La tesis central de Foucault, según la cual la modernidad, y por lo tanto el kantismo, es la época en la que el pensamiento piensa la finitud a partir de la finitud, suena como un eco de las expresiones de Heidegger. Pero Foucault va más allá, pues extiende esta tesis a la problemática general de las ciencias humanas.
El interés de Una lectura de Kant reside, entonces, en situarse en el cruce de todos estos caminos. Es un punto de pasaje ineludible para comprender el desarrollo posterior de la obra foucaultiana, pero también un libro que renueva la forma de leer a Kant.
El sentimiento de inseguridad ::: Gabriel Kessler
Para lograr ese objetivo, realiza un doble trabajo: una exhaustiva investigación de terreno, basada en entrevistas cualitativas e interpretación de indicadores cuantitativos, y una renovación teórica, al centrarse en un concepto novedoso para la sociología: el de sentimiento. Sin embargo, no hay aquí ningún atisbo de psicología o de explicación literaria del miedo. Al contrario, este libro intenta comprender y explicar el sentimiento de inseguridad en relación con el delito en la Argentina desde la mirada de la sociología contemporánea.
Así, se propone elucidar el sentido de ese sentimiento, su historia, las variables que lo explican (y que dependen de la edad, el sexo, la clase social, las ideologías, la experiencia de haber sido víctima de un delito), los relatos que en torno a él se construyen, las acciones que se le asocian, su lógica, sus implicancias en la vida cotidiana. Sin duda, analizar pormenorizadamente los modos que tiene una sociedad de procesar y gestionar sus temores implica romper con los relatos hegemónicos.
Con este libro, que despliega las aristas menos conocidas de un tema candente y controvertido, Kessler confirma su lugar como uno de los más innovadores y agudos sociólogos actuales.
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